1. Identificación de activos y recursos
La primera etapa de la Ruta Crítica de las Alianzas Estratégicas consiste en identificar los activos y recursos que la/el socio potencial puede tener y cómo estos activos y/o recursos pueden contribuir a la meta de las/los socios implementadores. Éste es un proceso de identificación de la/el socio potencial, pero también un proceso de análisis de lo que las/los actores tienen que compartir con la/el socio potencial.
2. Desarrollo de la Alianza Estratégica
Una vez que hayamos identificado una/un socio potencial (basado en los activos y los recursos con los que contamos), podemos empezar a planear la formación de la alianza. A pesar de la diversidad de formas de las Alianzas Estratégicas, hay cuatro aspectos que deben tenerse en cuenta al construir una (Iglesias y Carreras, 2013):
3. Debida diligencia (Due Dilligence) para la Alianza Estratégica
Para asegurarse de que la/el socio es apropiada/o, se sugiere que la OSC investigue a la/el socio potencial basándose en los siguientes criterios:
4. Implementación de la Alianza Estratégica
5. Evaluación y Reporte de Desempeño
La incorporación de una lógica de evaluación de desempeño en el desarrollo de la Alianza Estratégica permitirá a la organización y a las/los socios potenciales diseñar, adaptar y mejorar la forma en la que se ejecutan estas relaciones y los resultados que producen.
Cuando se reportan los resultados de la evaluación, se sugieren los siguientes pasos:
6. Sostenibilidad de la Alianza Estratégica
a) Mantener una relación: En primer lugar, deberíamos pensar en términos de “sostenibilidad de los beneficios de una Alianza Estratégica”, en lugar de centrarnos en la sostenibilidad de la colaboración per se. ¡El desempeño de una alianza se mide en relación con su capacidad para alcanzar sus objetivos y mantenerse fiel a su propósito, pero tenemos que pensar más allá del Ciclo de Programa de una Alianza Estratégica para asegurar su sostenibilidad!
b) Hoja de ruta de la asociación para el cierre o la continuación del MdI: Una vez que una alianza o asociación ha llegado a su fin, o se han cumplido los objetivos, es importante establecer una “hoja de ruta” que ofrezca pasos claros sobre cómo concluir el MdI. Esto puede ser detallado en colaboración con la/el socio y discutido una vez que el proyecto esté en su fase final. Se deben acordar pagos y responsabilidades claras.